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El padre de nuestra vida

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Todos somos hijos de un padre y una madre, los hayamos conocido o no. Ambos hicieron posible nuestra existencia.

Son padres por una condición biológica y están al servicio de la vida en nuestro sistema familiar. Además son personas comunes que están en esta tierra para hacer su trabajo personal, sin embargo, son perfectos para el trabajo que como hijos, venimos a hacer.

En nuestra vida primero llega la madre y después, a través de ella, el padre.

Cuando niño miro al padre a través de los ojos de la madre. Por lo tanto si la mujer mira con amor y respeto a su marido, el hijo estará habilitado para hacerlo. Al contrario,si la mujer desprecia y excluye al hombre,su hijo por fidelidad también lo va a hacer.

Un hijo varón, necesita de la imagen paterna, para saber de qué se trata ser hombre. Y una hija mujer necesita del padre como referencia del mundo masculino en su vida.

Sea uno hombre o mujer, la fuerza para salir al mundo viene de nuestro padre.

La vocación es la madre y el trabajo es el padre.

La salud, el éxito, la abundancia viene de la mano de la madre, en cambio la capacidad para sostener y llevar a cabo la vida puertas afuera viene del padre.

Si el trabajo es vivido como un sacrificio, como una carga o nos deja insatisfecho esto significa que tomé poco y nada el amor de mi padre.

Si la madre no pudo habilitar al padre, me cabe a mí como adulto, tomar esta responsabilidad y ocupar mi lugar de hijo de papá y de mamá, de renunciar a ser hijo solo de mamá, dejar atrás las promesas infantiles de fidelidad.

Nos sentimos enteros y fuertes cuando podemos decirles a nuestros padres:

Gracias por la vida que llegó a través de uds. juntos

Por favor mírenme con buenos ojos

Sí a vos mamá tal y como sos y Sí a vos papá tal y como sos.

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Adriana Martins Pimentel

Facilitadora en Constelaciones Familiares

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